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Palabras para nada

  • Mateo Londoño Castaño
  • Apr 10, 2017
  • 2 min read

Creo que doy el paso a volver al mundo que me creó; soy ahora un ente sin ser ni camino por recorrer. Soy estático ser de lo que fui y soy al instante en que escribo.

Voy hacia adelante siendo consciente de que soy yo quien ve la realidad, porque en el tiempo no importa la realidad.

Estoy anclado en un tiempo, pero este se deforma también, por lo que en el espacio somos.

No hablaré de tamaño porque en el infinito es absurdo hablar de tamaño. Estamos en el momento en el que pensamos y hacemos algo empujados por ese pensamiento.

¿Regresar al espacio? Allá nos llevaron decisiones por tomar a lo largo de la existencia de la consciencia humana que quiere limitar al otro ser para sobrevivir. Esa es la sociedad para mí.

Nos movemos por el espacio sin desplazarnos del tiempo. Todo actúa al tiempo y crea un constante trajinar por la realidad.

Eso de ser nos lo comemos para olvidar que nos movemos por el tiempo, por la sencilla razón de que somos hacia el infinito precoz de nuestras accione. La materia no muere, entonces ¿el movimiento es perpetuo pero en otro estado de existencia, no necesariamente con consciencia?

Entonces la realidad no está en lo que percibimos por los sentidos que hemos creado a través de la manipulación de consciencias, a través de tácticas de fuerza no impositiva.

Fuerzas de control intangible, no está en la estructura el eje del control.

¿Quién lo tiene y qué hace en estos instantes, mientras yo balbuceo?

Ver identidades que son conscientes de lo que hacen pero la inconsciencia los impulsa, entonces ¿no hay poder de la realidad sobre lo más allá?. No, sobre lo que el cuerpo resista en la lucha por sobrevivir en un ambiente. Desde allí, me atrevo a decir, y creo que encontré mi respuesta, porque percibimos el tiempo, por lo tanto sabemos que podemos morir, nos inventamos la consciencia del futuro. Es decir, el porvenir perpetuo transgredió la estructura natural.

¿Qué es esto que nos hace actuar, que domina nuestro cerebro?

Somos demasiado conscientes, supuestos. No existe la realidad.

No saldré con el preguntarme por qué digo lo que digo, pero si me pregunto ¿Por qué me importa saberlo?

Eso es actuar con consciencia activando nuestros cuerpos, que apuntan hacia un fin. Ese fin, tan equívoco que lo veo. En el infinito no hay principios ni fines ni intercepciones. Es incluso indivisible, por lo estructurarlo es crear la realidad entorno al tiempo que se crea al querer diagnosticar qué hacemos. ES decir, somos conscientes del futuro, sin esto, qué sería de la humanidad; que de un momento para otro haga una desconcexión de la percepción de realidad, para así no pensar en el futuro.

¿Qué será entonces de los dizque seres?


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