El que altera el tiempo espacio

28/06/15

No sé si lo conocen de la manera que lo he conocido, y sigo conociéndolo. No digo que yo al pensar que no lo conocen me haga al dandee, el gígolo de lo que evoco. Digo la forma. Solo digo, que esa forma en que le he presenciado y vivido, la recomiendo para el que quiera retos del común, en donde no ven que están por el afán de ser evasivos a lo que es. Eso de lo que hablo es el vicio de la soledad. Como todo vicio, o toda cosa que ha de ser posible de hacer, la soledad en exceso es difícil abandonarla. Cuando se busca abandonarle juega un mejor papel el impulso de la necesidad que la fuerza de la voluntad. Envueltos ya en ella, la costumbre, errática visión de lo destruible pero que no somos capaces de hacer por medio al cambio y por la debilidad de la acción de las posibilidades, nos hace lúgubres humus de fábrica, del que su perniciosa existencia ya no podremos liberarnos, hecho más magnánimo, con diferentes caras y máscaras. Ya nos acogió, nos anudó a sus finas cuerdas de la psiquis, a su manera, pero hecho está el necesario daño. Pruebas: todos son idiotas, todos se mueven, todos son el otro, nadie es quien quiere ser. Eso se ve desde acá, donde soy más idiota por preocuparme de saber sobre los idiotas. El puntum del mitológico pensar de la luz de caverna, está donde no hay caverna ni luz, solo oscuridad alrededor de un punto; el punto es punto porque existe la oscuridad. Pero ese punto es invento, es, metafísicamente hablando, el disparo de un nazi a un soviet, de un para a un guerrillero, del de arriba al de abajo, donde el demonio de la persuasión dice que el que escribe la historia no es ni el ganador, sino el que mejor la escribe. Por ello, desde la lejanía idiotesca de lo que no me nace ser, digo, me nace no ser el punto, me es voluptuoso lo que no se ve, en donde puede estar la solución, la verdad, el abandono del vicio para volverlo naturaleza bien vivida, explotada como recurso no renovable, como deseo por mujer que pronto se irá. Les digo, se fue, y si vuelve, no creo, ojalá me equivoque, que vaya a ser mejor de lo que fue. Para qué se fue como se fue. No soy recurso renovable, con la voluntad no se juega, no son dioses con dados, son otro pútrido manojo de seres que se mueven en heterogéneos círculos de inmanencia hacia la extinción del verdadero ser, el de no ser.

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